Un día, en una reunión familiar, su padre, Julio Jaramillo Sánchez, que es cantante y es el hijo mayor de Julio Jaramillo Laurido, lo invitó a interpretar con él una canción del Ruiseñor de América. Y los tíos y los primos lo aplaudieron y le dijeron que tenía buena voz para esos temas. Desde entonces, Cristian Paúl Jaramillo Vargas comenzó a interpretar en público las canciones del abuelo, el popular Jota Jota, que ya interpretaba en privado desde los 14 años.

Ahora Cristian tiene 22 años y es uno de los solistas invitados de la gira que la Orquesta Sinfónica de Guayaquil realiza por Europa. El pasado martes compartió escenario con el cantante Darío García en el concierto Jaramillo Sinfónico, en Madrid, y lo seguirá haciendo en las otras ciudades en que tocará la institución musical ecuatoriana.

“Para mí es un honor cantar con la Sinfónica. Ha sido una experiencia maravillosa”, dice Cristian, quien renunció al reality musical de Ecuavisa, en el que participaba, para incorporarse a la gira, porque este viaje lo conceptúa como una gran oportunidad. Relata que los directivos de la Orquesta lo vieron por televisión y lo llamaron para una audición. “Les gustó y estoy aquí”, resume. Dice que el concierto en la capital española no salió perfecto, “pero para ser el primero, estuvo bien”.

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Y aunque Cristian apareció en los medios a partir de su incursión en el reality, sostiene que su afición musical no es reciente. La tiene desde la infancia. Cuenta que perteneció al coro del Instituto Particular Abdón Calderón y viajó con este grupo a Chile. Luego estudió en el colegio Domingo Comín y allí participó en festivales en representación de su plantel, e integró bandas con amigos, con las que interpretaba música pop de las décadas del ochenta y noventa. También cantó en bares de la Zona Rosa.

La invitación que le hizo su padre en la reunión familiar fue decisiva. Determinó que Cristian incorporara a su repertorio canciones de Julio Jaramillo y que ahora, más que como un émulo, se autocalifique como su heredero. Cantando los temas del abuelo se ha presentado en varias ciudades del país. “Me dicen que me parezco a mi abuelo, que tengo la voz y los gestos de él, pero yo no me sobro ni me confío”, refiere. Próximo a terminar su carrera de ingeniero ha dejado de estudiar, por factor económico, indica.

No conoció a Julio Jaramillo. Cuando nació, el Ruiseñor ya había muerto, pero su papá le ha hablado mucho de él. Un hecho que para él corrobora la calidad de ídolo de su abuelo, fue lo que sucedió en el concierto de Madrid: una joven de 16 años, que estaba entre el público, coreaba las canciones de Julio Jaramillo. Cristian desea seguir los pasos del Ruiseñor de América y grabar discos. En Madrid, a través de la cantante ecuatoriana Claudia Oñate, hizo contactos, y piensa volver a la capital española cuando termine la gira con la Sinfónica.