Dos décadas juntos. Una relación que tuvo sus altos y bajos y que pese a todo pronóstico se mantuvo fuerte por su familia. En 1999, Vanessa Laine conoció a quien un año después se convertiría en su esposo y padre de sus hijas, el basquetbolista estadounidense Kobe Bryant.
Entonces ella tenía 17 años y él 20. Coincidieron en la filmación de un videoclip del que ella formaba parte como bailarina. Kobe ya era jugador de Los Angeles Lakers mientras que ella era estudiante de secundaria y modelo.
Bryant, leyenda del básquetbol, falleció el domingo en un accidente de helicóptero en las inmediaciones de Los Ángeles. Una desaparición cuyas circunstancias están por determinar, pero que ha provocado una ola de emoción mundial que va más allá del deporte.
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Nacida en Huntington Beach (California), Vanessa Cornejo Urbieta adoptó el apellido Laine cuando su madre se casó con su padrastro Stephen Laine.
La atracción entre Vanessa y Kobe fue inmediata y un año después de conocerse, anunciaron su compromiso que coincidió con el cumpleaños número 18 de la también bailarina. Los padres del jugador se oponían al matrimonio y no acudieron al enlace.
“Es su vida”, dijo el padre de Kobe, Joe “Jellybean” Bryant, luego de que su hijo se casara con la mujer de origen mexicano.
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Otro de los momentos fuertes que vivió el matrimonio, según reportes de Infobae, fue la acusación en contra del también empresario por abuso sexual. En el 2003, Kobe fue acusado de violar a una joven de 19 años, quien era empleada de un hotel en Eagle, Colorado.
El caso se cerró un año después, cuando la presunta agredida se rehusó a testificar. Pese a ello, el jugador admitió haber tenido relaciones sexuales con la joven de mutuo acuerdo. Durante el juicio, su esposo lo respaldó.
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En ese mismo año, la pareja dio la bienvenida a su primera hija Natalia. En el 2006, nació Gianna (quien falleció junto al deportista en el accidente).
Vanessa presentó -en el 2010- una demanda de divorcio por diferencias irreconciliables de acuerdo a reportes del sitio de celebridades TMZ.
La separación quedó atrás luego de la reconciliación y el nacimiento de Bianka, en el 2016, y de Capri, quien llegó en julio del 2019. (I)
