Cada día nos sorprende la mala imagen que presentan muchos políticos de mediano o alto fuste en este país, al pretender engañar a los ciudadanos con actos impropios de personas encargadas de llevar una bandera de lucha por la democracia.
En Estados Unidos los bienes y dineros del Estado son sagrados y defendidos de los ladrones mediante leyes rígidas, y los culpables son castigados ejemplarizadoramente. En cambio en nuestro país, se burlan de la ley, por eso no existen culpables para que paguen los daños; más aún, se pasean por una Asamblea, muy desprestigiada con menos del 5% de credibilidad entre el público, no buscan reivindicarse para pasar a la historia como asambleístas preclaros, sino que con sus actos siguen excavando sus fosas de desprestigio. (O)
Rodolfo López Osorio, arquitecto, Guayaquil