Es muy loable la labor que está realizando la alcaldesa de Guayaquil, por los cuidados que debemos tener por el COVID-19, y por eso le presento mis más sinceras felicitaciones, pero en ciertos servicios que presta la Municipalidad no se hace caso a estas recomendaciones, así vemos:
La Metrovía, principalmente en las ‘horas picos’ los buses están atestados de pasajeros, sin las debidas medidas de seguridad –(ventanas cerradas, calor, algunos pasajeros sin mascarillas, se las quitan...)– y nadie ni dice ni hace nada para controlar este foco de contagio a la carta.
Punto a parte es el servicio que brindan las Clínicas del Día, donde se irrespeta el distanciamiento, las leyes, el trato (descortés, principalmente a adultos mayores, de parte de cierto personal). Allí penosamente se obliga a las personas todas, a realizar filas desde las 06:00 sin ninguna distancia ni bioseguridad, muchas personas sin mascarillas. A pesar de anunciar personas que son adultas mayores, los guardias las mandan a hacer filas y en muchos casos no alcanzan un turno, por cuanto ‘recomendados’ sin pasar el tormento de madrugar ni hacer filas llegan a las 08:30 y los pasan directo a la consulta; mientras los de la tercera edad por una atención médica o medicinas deben regresar hasta tres veces, esto es inhumano. Las personas adultas mayores se encuentran amparadas en los artículos 35, 36, 37 y 38 de la Constitución, que dicen que de forma obligatoria ellas deben obtener atenciones prioritarias y especializadas en los ámbitos públicos y privados, pero parecería que no se conoce de estos artículos o simplemente no se quiere acatar el mandato de la ley.
Señora alcaldesa, informo que está fallando en el control, de lo que usted de forma responsable ordena; haga cumplir la ley. Ojalá esta denuncia no caiga en un saco roto y se obligue a respetar al ser humano. (O)
Francisco R. Alcívar Villegas, contador, jubilado, Guayaquil