Atravesar los periodos de la infancia genera una multitud de peligros para quienes caminan confiados en la protección de sus progenitores. Ocasionalmente los padres cometen gravísimos errores que lastiman el sano desarrollo infantil. Párvulos mendicantes son arrojados a las calles para asegurar un mayor ingreso económico a la familia, otras veces son víctimas de malos ejemplos en el hogar: violencia doméstica y comportamientos relativos al consumo de drogas y alcohol, lo que los convierte en testigos presenciales de estas aberraciones. La pobreza y la ignorancia parental muchas veces los conduce al mundo de la desnutrición.
Padres ‘soñadores’ llevan a sus hijos al cruce ilegal de las fronteras, para luego ser capturados, aislados y encerrados en jaulas metálicas, sin el abrigo protector de sus padres. Muchas veces son castigados en las escuelas por sus mismos compañeros, al convertirlos en víctimas de acoso físico y psicológico. También son amenazados por ciertos profesores o sacerdotes inescrupulosos que buscan saciar con ellos sus distorsionados apetitos sexuales. Cada vez es más tortuoso y difícil el camino que han de atravesar los niños hasta convertirse en adultos. La sociedad debe estar con los ojos abiertos, denunciar sin temor estas atrocidades y protegerlos adecuadamente. (O)
Gustavo Antonio Vela Ycaza, doctor en Medicina, Quito