La Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (CONAFIPS) se convierte en garante de micro, pequeños y medianos emprendedores, a través de préstamos de segundo piso en alianza con cooperativas de ahorro y crédito, y mutualistas.

CONAFIPS es una institución financiera pública; un banco de segundo piso, es decir que no trata directamente con los usuarios de los créditos, sino que hace las colocaciones de los mismos a través de otras instituciones financieras.

“Nosotros entregamos créditos a las cooperativas de ahorro y crédito, y a las mutualistas para que estos recursos se transformen en microcréditos productivos para fortalecer a la economía popular y solidaria”, explicó Roberto Romero, presidente del Directorio de CONAFIPS.

Dentro de este sector, la institución plantea dos objetivos principales. El primero es afianzar a los micro, pequeños y medianos emprendedores del país, de todos los sectores económicos, tanto en producción, comercio y servicios. El segundo es apuntalar la inclusión financiera. “Es por ello que hemos gestionado, desde 2021 hasta el presente, más de $1.000 millones, a través de las cooperativas, que se han transformado en créditos productivos”, contó el titular de la CONAFIPS.

Los recursos que CONAFIPS gestiona para las cooperativas deben ir destinados exclusivamente para actividades productivas, de comercio, producción y para servicio, de una manera inclusiva para hombres, mujeres, jóvenes y adultos mayores en el sector rural y urbano.

“En el sector rural, en este momento registramos que el 40 % de nuestras operaciones están en esta zona, apoyando al sector agropecuario, agrícola, piscícola, pesca y a todos estos sectores productivos”, señaló el presidente del directorio

Además, la entidad cuenta con un producto que ayuda a la inclusión financiera que se llama FOGEPS (Fondo de Garantía para la Economía Popular y Solidaria), que abarca dos importantes líneas: una enfocada en garantías de inversiones entre las organizaciones del sector financiero popular y solidario, y otra para respaldar las garantías crediticias.

La primera tiene como objetivo movilizar recursos entre las organizaciones del sistema financiero popular y solidario como un mecanismo de integración económica y la segunda es apoyar a quienes no cuentan con garantes o colaterales para solicitar un préstamo.

Romero enfatizó que “el FOGEPS permite que nosotros como institución financiera nos convirtamos en garantes solidarios para que la cooperativa pueda otorgarle un crédito productivo a sus socios, quienes utilizan estos recursos para desarrollar sus actividades económicas y que puedan generar más empleo y más oportunidades”.

Dentro del tema de inclusión financiera, la institución cuenta con un producto llamado Crédito Violeta, con el que, de cada diez créditos que se otorgan con recursos de la CONAFIPS, seis se encuentran en manos de mujeres emprendedoras.

Los créditos productivos que se entregan a los jóvenes emprendedores, con recursos de la CONAFIPS, contemplan la inclusión financiera y representan el 30 % de las operaciones de crédito de primer piso.

“Lo interesante es que los jóvenes emprendedores, entre 18 y 29 años, también pueden tener acceso a estos créditos utilizando el fondo de garantía, que nos permite a nosotros ser garantes solidarios. En el momento en que no tenga colaterales propios, la CONAFIPS confía en ellos para que puedan tener acceso a créditos productivos y de esta manera la cooperativa pueda entregar el crédito”, subrayó Romero.

El primer requisito de los socios de una cooperativa para acceder al fondo de garantía es precisamente pertenecer a una de estas instituciones; que hasta octubre del año pasado había en Ecuador 451, porque es la cooperativa la que está buscando estos recursos para que puedan ser colocados en las manos de sus socios.

La Corporación obtiene sus recursos a través de fondos de organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), del Banco Europeo de Inversiones y de múltiples instituciones internacionales.

Romero apuntó: “Cada institución que nos fondea cuenta con equipos de auditoría que validan en territorio que estos recursos se encuentren realmente en el objetivo de desarrollar actividades productivas de la economía popular y solidaria”.

De acuerdo con el funcionario, la economía popular y solidaria, a pesar de la pandemia y de múltiples coyunturas internacionales que impactan la economía de los países, “ha crecido de manera interesante, por ejemplo, en número de socios; actualmente existen siete millones de ecuatorianos que son socios de cooperativas”.

Esto representa el 56 % de la población adulta del país y los activos de este sector significan el 22 % del producto interno bruto de todo el Ecuador. Además, aquí se genera el 80 % del trabajo y empleo del país.