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La deforestación en la Amazonía aumentó 22% en los primeros cinco meses de este año respecto al mismo periodo de 2019, reportó la agencia gubernamental que vigila la selva tropical el 6 de junio.
Pese a los controles, decomisos y castigos que hay en las normativas ambientales en el país, se siguen destruyendo bosques para la comercialización de madera o actividades agropecuarias
1,8 millones de hectáreas se han deforestado. La selva ubicada bajo los 400 metros es la más afectada. Los cultivos se expanden en la zona.
Decenas de árboles de palo santo, ceibos y otras especies yacían tumbados luego de que con sierras fueron talados para dar paso a la instalación de soportes de torres de energía que se han ubicado hace varios días a unos 100 metros del polígono de investigación arqueológica de los cerros de Hojas y Jaboncillo, ubicada en la parroquia Picoazá de Portoviejo.
Hay especies introducidas que han ganado terreno en las ciudades.
En dos operativos en las provincias de Chimborazo y Tungurahua el Ministerio del Ambiente de Ecuador decomisó 19,87 metros de madera ilegal entre pino y eucalipto.
La Defensoría del Pueblo también actúa como peticionaria de la acción de protección y medidas cautelares a favor de la comunidad Cofan, demandante.
El cultivo de palma para la producción de aceite está aumentando en el mundo, sobre todo, en dos países: Malasia e Indonesia.
La tala de los árboles más grandes o de los que están en las riberas de los ríos del Parque Nacional Yasuní afecta a otras especies, cuyas semillas germinan bajo su sombra con la regulación de la luz o de las que viven enredadas en su tronco.
El cambio en la política del Gobierno hacia la protesta social ya se ha iniciado desde el instante en que se pensó en devolver las sedes a la Conaie; lo que resta vendrá en su debido momento.
El Ministerio del Ambiente (MAE) –que vigila los 9.083 km² del Parque Nacional Yasuní (PNY)– señala vía e-mail que monitorea esta extensión de casi un millón de hectáreas de “difícil acceso” con 36 guardaparques que rotan en nueve puestos de control. Es decir, hay uno por cada 252 km², área equivalente al 73% de la ciudad de Guayaquil.
El misionero Miguel Ángel Cabodevilla ha dedicado décadas al estudio de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario (PIAV) de la Amazonía del país.
Actores presentaron la obra de teatro Déjenlo Crecer como parte del programa A todo pulmón reforestamos Manabí, que promueven la Prefectura de Manabí y el Cabildo.
En la calle de ingreso a El Cortijo y Ciudad Celeste se cortaron ramas de unos 27 árboles.