Los diamantes son los mejores amigos de una mujer, cantaba Marilyn Monroe, pero a Woody Allen le han jugado una mala pasada en su película Blue Jasmine.

Protagonizada por Cate Blanchett, retrata el shock de una mujer rica cuando pierde todo. "Tus joyas son muy valiosas y una buena inversión cuando las compras en Graff o Van Cleef. Hasta que necesitas desesperadamente dinero y te sientes obligado a venderlas y casi parece que las tienes que regalar", dice Blanchett a sus atónitos sobrinos, pertenecientes a la clase baja y con quien se ve obligada a vivir en un apartamento en San Francisco.

Esta escena, una de las más hilarantes y aplaudidas del filme, no ha hecho tanta gracia al consejero delegado de Graff, Henri Barguirdijian, que aclaró hoy en el canal de información económica CNBC que los diamantes son siempre una buena y recuperable inversión.

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"La película es magnífica y siento una gran admiración por Woody Allen", ha dicho, pero ha considerado que la broma esconde cierta "ignorancia". "El diálogo encaja con la historia y con lo que está pasando a esta pobre mujer", ha dicho Barguirdjijian, pero según él, la evolución del mercado de las joyas indica que, en términos reales, la observación de Jasmine está "lejos de la realidad".

"El valor de las joyas sube, ha subido en los últimos diez años y lo seguirá haciendo al menos hasta 2020. La demanda está creciendo el doble de rápido que la oferta", aseguró el directivo de Graff, quien consideró, por otro lado, muy divertido que su firma fuera citada en una película de Allen.