¡Allez les bleus, Allez les bleus! (¡Vamos los azules, a ganar!) era el grito de aliento de la hinchada francesa al estilo de un “Sí se puede de Ecuador”. Ese sonido retumbó con la llegada de las últimas anotaciones de la selección francesa sobre el combinado croata.

El auditorio de la Alianza Francesa de Guayaquil se convirtió en una verdadera tribuna, en la que franceses, alumnos y exalumnos del centro de estudios y cultural disfrutaron la final del Mundial de Fútbol. Fue una fiesta que se replicó en el Parque Samanes y La Puntilla.

La fiesta del fútbol también generó confraternidad entre descendientes de croatas en una residencia de La Puntilla, que se vistió con banderines de ese país y en la que 6 pantallas gigantes se distribuyeron en el patio y salas de dos plantas de la casa. Todos de rojo y blanco.

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En ambos sitios la tensión en cada arremetida del rival y ataque de los suyos hacían brincar a los fanáticos de sus asientos, otros sonaban cornetas o incluso lanzaban algún reclamo al árbitro. La euforia se desató cuando Perisic puso el empate, pero el lamento llegó con el penal concedido a Francia para dar puerta al 2 a 1.

La comunidad francesa, en cambio, flameaba las banderas que eran de todos los tamaños. Eran al menos unas 110 personas en el auditorio.

Laurent Guyonvarch, director de la Alianza Francesa, expresó que este mes del evento deportivo unió mucho a toda la comunidad francesa de la ciudad, y que también recibieron muchas muestras de solidaridad y cariño para su selección por parte de los ecuatorianos.

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Los franceses Nicolás y Laura llegaron a Ecuador hace dos semanas. Ayer era su primer día en Guayaquil y lo empezaron con la victoria de su selección. “Estamos muy felices, hemos venido por turismo, y es un día inolvidable. Esperamos disfrutar más de Guayaquil y el país”, dijo Laura.

A La Puntilla, Tito Brborich, de padres croatas, llegó, en cambio, con un grupo de once allegados. Allí se encontró con amigos con los que compartía cerveza. “¡Lagarto!, ¡Lagarto!”, era el grito del grupo cuando atacaba Francia.

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Irene de Topic sostuvo un rosario y un lagarto inflable, en ellos ponía su esperanza para que su equipo revierta el marcador. El animal se encargaba de “atrapar todas las jugadas del contrincante”, eso no se dio con los cuatro goles franceses que terminaron con el deseo.

Con el pitazo final, los franceses gritaron vivas y se tomaron fotos del recuerdo de su segunda copa mundial. (I)

Estamos muy orgullosos y alegres. Es importante que la Alianza Francesa tenga este lugar de encuentro y cordialidad para los franceses y amigos ecuatorianos”.Laurente Guyonvarch, director Alianza Francesa de Guayaquil