“Saludemos gozosos / en armoniosos cánticos / esta aurora gloriosa / que anuncia libertad / ¡libertad, libertad!”. Esta es la primera estrofa del himno al 9 de Octubre de 1820, escrita por el prócer José Joaquín de Olmedo, uno de los gestores de la Revolución de Octubre que permitió la emancipación de la ciudad ante el yugo español.

En 1821 Olmedo escribió el poema, evocando la gesta libertadora desarrollada un año antes por los patriotas.

Pero la musicalización de este escrito se efectuó décadas después, precisamente en 1894, a cargo de la compositora Ana Villamil Ycaza.

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Ella nació en la urbe porteña el 19 de enero de 1852. Fue hija de Francisco Villamil Garaycoa y de Isabel María de Ycaza.

Sus abuelos fueron el prócer José de Villamil y Ana Garaycoa, entusiastas participantes de la revuelta del año 1820.

También fue nieta de Francisco Paula de Ycaza, reconocido funcionario en la época independentista, y de Isabel Paredes y Olmedo, sobrina del ilustre poeta guayaquileño.

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Según la publicación Enciclopedia del Ecuador del historiador Efrén Avilés Pino, desde temprana edad Ana Villamil se inclinó por la música.

Aprendió a tocar piano con varios de los mejores maestros en la ciudad. Ella vivía con sus padres en un inumeble situado en las actuales calles Luque y Pedro Carbo, en el centro.

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“Vivió dedicada al esforzado trabajo de profesora particular de piano y canto”, resalta la publicación de Avilés.

Villamil se destacaba por sus interpretaciones en piano desarrolladas en instituciones educativas, teatros y reuniones familiares. Ofrecía recitales de órgano en las iglesias de La Merced y San Francisco, donde se concentraban ciudadanos para oír sus interpretaciones.

El Concejo Cantonal de Guayaquil la declaró profesora municipal de canto para los niños de la urbe porteña.

A finales del siglo XIX compuso la música de la canción al 9 de Octubre, basándose en el poema de José Joaquín de Olmedo. El tema se hizo muy conocido en la ciudad. Fue tanta su popularidad que el cabildo local, mediante ordenanza del 8 de julio de 1898, la decretó de forma oficial como Himno al 9 de Octubre.

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Continuó con su abnegada tarea de formar a las nuevas generaciones de guayaquileños hasta el día de su muerte, el 28 de octubre de 1916.

Casa patrimonial

Sobre la intersección de las calles 10 de Agosto y Chimborazo, diagonal a la Catedral metropolitana y frente al parque Seminario, está ubicada la casa donde falleció Villamil.

En este sitio residió la compositora sus últimos años. La vivienda fue declarada patrimonial por su arquitectura y su valor histórico.

Según reseñas municipales, la construcción de esta vivienda se remonta al siglo XIX. Primero fue edificada con madera, material con el que tradicionalmente eran levantados los inmuebles en esa época.

Para inicios del siglo XX, la estructura de madera fue remplazada por hormigón armado para conservar el estilo original con el que fue edificada.

El inmueble está levantado sobre once pilares, formando en su parte inferior un amplio soportal, espacio característico de la arquitectura guayaquileña en el siglo pasado.

Sus balcones son formados con balaustres de hierro y poseen las icónicas persianas usadas en varias casas de la urbe.

En el exterior del parque Seminario, desde el 2016 reposa una escultura de Villamil sentada frente a un piano. (I)