La contribución de la Antigua Grecia a lo que en general conocemos como cultura occidental fue enorme. Bien podría decirse que el núcleo esencial de nuestra cultura tiene sus raíces en el impresionante desarrollo que protagonizó dicho pueblo durante la Antigüedad. No es que los otros pueblos de la época no hayan alcanzado un importante nivel de desarrollo cultural, pero sin duda alguna lo sucedido con los griegos es realmente asombroso. Tómese dos ejemplos. El uno es la tragedia y el otro la democracia, dos instituciones que, aunque no parezca en la superficie, están íntimamente ligadas entre ellas, y que puede decirse que son creaciones exclusivas de la cultura griega. En su estudio sobre la tragedia y la civilización Tragedy and Civilization. An Introduction to Sophocles, Charles Segal explora con mucha agudeza esta interrelación como una contribución griega por excelencia. Algo similar puede decirse del concepto de democracia.

La autora cita y analiza otro rasgo que no es común en muchos pueblos –quizás el caso del pueblo italiano es uno que viene a la mente entre esos pocos pueblos de excepción– como es el humor".

A pesar del olvido que han sufrido los estudios clásicos en las últimas décadas –en el Ecuador son lastimosamente ignorados prácticamente por completo– cabe señalar que desde un tiempo acá se percibe un cierto redescubrimiento sobre su importancia en la vida moderna. Y, sin embargo, la pregunta de por qué los griegos fueron capaces de alcanzar tan importante desarrollo cultural a diferencia de otros pueblos relativamente contemporáneos y hasta vecinos a ellos sigue latente. ¿Qué características tenía este pueblo que lo hizo despuntar tanto? Afortunadamente para los lectores de lengua española se ha traducido recientemente una interesante obra escrita por Edith Hall, profesora de Historia Clásica en el King College de Londres, Los griegos antiguos (traducción de Daniel Najmías Bentolila, Editorial Anagrama, Barcelona 2020, 400 páginas).
En esta obra (escrita originalmente en 2014), la profesora realiza un riguroso y a la vez ameno análisis sobre el fenómeno griego. Hall cree descifrar el enigma en diez características relevantes: una fuerte afición a la navegación; una desconfianza hacia la autoridad; un marcado individualismo: una intensa curiosidad por descubrir; y, su apertura a nuevas ideas, son los principales rasgos, todos los cuales se encuentran íntimamente conectados. A lo que se debe añadir el ser un pueblo muy competitivo; su admiración por el talento; y, su tendencia a expresarse en detalle. La autora cita y analiza otro rasgo que no es común en muchos pueblos –quizás el caso del pueblo italiano es uno que viene a la mente entre esos pocos pueblos de excepción– como es el humor.
Hall es autora de una serie de libros de reconocido prestigio mundial. Un libro reciente sobre la actualidad de Aristóteles en la vida moderna ha tenido gran acogida editorial. La obra que hoy recomiendo puede ordenarse a las librerías españolas como La Central y la Casa del Libro. (O)