Permanecer suspendida en el aire es la clave de la práctica del TRX, que nace de un entrenamiento militar hecho por paracaidistas que estando en el desierto, en plena guerra, sin tener máquinas para entrenar, crearon esta alternativa con su propio paracaídas.

Pedro Pablo Alarcón, instructor personal del club Diana Quintana, explica que este entrenamiento se basa en ejercicios funcionales que se realizan con el peso corporal y que a más de quemar calorías, tonifica el área muscular por completo, abarcando los músculos grandes y pequeños a través de los movimientos de fricción que se realizan. Además estos ejercicios sirven para evitar o rehabilitar una lesión.

En el caso de esta rutina el objetivo es fortalecer la zona baja del cuerpo, específicamente los glúteos. “Para esto debes trabajar los tres músculos de esta zona de manera simultánea, el semimembranoso, el semitendinoso y el bíceps femoral, logrando fortalecer los isquiotibiales, que son músculos grandes que van desde los huesos por debajo de la cadera hasta la inserción de la tibia”, explica el entrenador.

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Él enfatiza en que es importante mantener las ligas tensionadas y no flojas, para así ejecutar de manera correcta cada movimiento. “En un inicio es más importante que la persona se afiance al movimiento y no tanto a la velocidad o peso con el que trabaje, porque la ejecución incorrecta de algún ejercicio puede perjudicar la espalda o podrían terminar dañando las tiras”, añade.

Explica que estos ejercicios tienen algunas variaciones que pueden aumentar su complejidad según la distancia que la persona tome del aparato, la resistencia, fuerza y experiencia que se tenga.

Pedro Pablo recomienda comenzar de una manera lenta, haciendo 10 repeticiones por ejercicio, de 3 a 4 series, unas dos veces por semana. (D)