A principios de la década de los años sesenta del siglo anterior, cuando se iniciaba la carrera espacial entre los Estados Unidos y la extinta URSS, el presidente John F. Kennedy se comprometió y comprometió al Congreso de su país que antes de finalizar el decenio llevarían al hombre a la Luna y lo traerían de regreso a la Tierra, sano y salvo.

En los años posteriores, a través de la NASA, desarrollaron exitosamente el programa espacial Apolo que fue una suerte de ensayos progresivos que debían hacer realidad el compromiso del asesinado presidente estadounidense. Finalmente el 20 de julio de 1969, es decir hace medio siglo, el astronauta Neil Armstrong se convirtió en el primer ser humano en caminar sobre la superficie lunar, pronunciando las célebres palabras que han quedado registradas para la historia y la posteridad: “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Desde esa fecha y hasta 1972 se realizaron seis alunizajes en nuestro satélite natural que tuvieron diferentes finalidades científicas y experimentales, suscitando igual o mayor expectativa que el primero. Cincuenta años después, otras potencias tecnológicas mundiales han tenido como objetivo colocar un vehículo artificial en la Luna (China ya lo logró; India e Israel avanzan en sus planes espaciales) y tienen también previsto a futuro enviar vuelos tripulados. Rusia ha anunciado que sus cosmonautas irán en el año 2030. 

Estados Unidos planifica su retorno con seres humanos para  el 2024 con un nuevo programa, denominado esta vez Artemisa.(O)

Enrique F. Suárez Salazar,

Quito