''Violación por aborto''. Sí, leyó bien amable lector, porque el aborto viola nuestra ley. El cometimiento de este crimen está tipificado en los artículos 147, 148 y 149 del capítulo segundo del Código Orgánico Integral Penal (v.g. ‘Delitos contra la inviolabilidad de la vida’) y por ello esta modalidad de asesinato está reprimida con prisión de 6 meses hasta 16 años. Y tanto nos han lavado el cerebro con la frase al revés, que parece real, ¿verdad?
Lo único cierto es lo que dicen los números y demuestran que únicamente el 0,05 % de las mujeres que muy penosamente son violadas, quedan embarazadas. Es decir, el tan cacareado eslogan casi en su totalidad es falaz. Pero usan ese sofisma apelando al ‘vendedor’ sentimentalismo, ya que en realidad ese pretexto solamente es la punta del iceberg para después legalizar todas las demás maneras de matar bebés en el vientre de las madres, y así poder incrementar el negocio de clínicas de legrados, la venta de productos abortivos y de anticonceptivos de pésima calidad, con los cuales aseguran más ‘materia prima’ para el comercio clandestino de niños vivos o de sus órganos desmembrados. Por ello que ciertas fundaciones de supuesta ‘ayuda a mujeres’ (que curiosamente nunca atacan al violador) reciben ingentes recursos económicos de transnacionales del aborto como Planned Parenthood, institución que hoy en día está siendo procesada por el FBI y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, por denuncia de tráfico de órganos. La buena noticia es que la filial local de esa mortal transnacional ya está siendo investigada por la Fiscalía del Ecuador, para evitar aquí el posible cometimiento de esos mismos delitos de sangre a nuestros hijos. (O)
César Eduardo Benítez Jiménez, abogado, Guayaquil