“¡Alto!”, dice cierto paco. “A la derecha, quietos y cédula”; en vez de los buenos días. De inmediato noto su carente educación. Mientras mira mi identificación le hace una mueca a mi pana de color. No creo que me baje, conozco mis derechos. Verifica mi documento, pero no puede retenerlos. Dice, “baje del vehículo”. Dice que para los refrescos o me multa. Me río con ironía y pregunto el fundamento de la supuesta infracción, pero es lo mismo que hablar con la pared.
Llega otro agente para dar soporte. No toleran que no hagamos lo que ellos quieren y amenazan. Debe haber excepciones, pero ‘¡alto!’, dicen ciertos pacos, y no para proteger el barrio, sino porque quieren dinero. (O)
Álvaro Alejandro Ortí Maldonado, Quito