Las motos se usan en delitos, pero son herramientas de trabajo y como transporte. Las películas antisolares también se utilizan en delitos, pero sirven de protección personal, salvaguardan la intimidad. Las armas se utilizan para cometer delitos y no son útiles de trabajo. Los tres elementos se pueden utilizar como marcadores de delito, con la diferencia de que las armas no están a la vista. Aislados los primeros, son irrelevantes, pero combinados con tenencia de arma tienen valor.
Prohibir el uso legítimo de la transportación de dos personas en una moto o prohibir en los vidrios de los vehículos las películas antisolares en cualquier horario perjudica a muchos, sin beneficio social. Los delincuentes cambian de estrategia. Lo lógico es utilizar estos marcadores visibles de delito para focalizar en ellos una vigilancia aleatoria y detectar las armas escondidas, hacer un registro de datos, imagen y video de cámaras de vigilancia; salvo la fuerza pública, que utiliza las armas como protección frente a la delincuencia. Lo que sí tiene sentido es mantener la prohibición de portar armas, que son peligro mayor en manos criminales. (O)
Jorge Falcones Alcívar, médico, Guayaquil