El uso del gas licuado de petróleo (GLP) en hogares y negocios seguirá siendo utilizado por algunas décadas. Si no se lo maneja correctamente volveremos a tener deflagraciones como la de Cumbayá el 10 de octubre. Al haber una fuga de gas, más un foco encendido o una chispa, provoca una explosión de magnitud debido a la potencia del butano/propano.
Solicito a los que usan gas doméstico en domicilios o negocios realicen una rendija a nivel del suelo (ojo), pues el gas es más denso que el aire y se acumula abajo, pero si llega al foco, es ya muy tarde. Es lo que pasó en el negocio de Cumbayá, si hubiese habido una simple rendija, o hueco, hacia el medio ambiente, se fugaba el gas y no explotaba nada; es un simple trabajo de albañilería hacerlo con un tubo de PVC y que apunte hacia el suelo. Si lo hacen se evitarán estos penosos y destructivos casos. Esto con o sin intervención de los bomberos, municipio o ministerios, pues no se alcanzan en el control a cada hogar, y la gente por lo general no lo sabe; hay que generar el autocuidado ciudadano. Informemos, alertemos, convoquemos. Aún no se vislumbra el uso generalizado de cocinas eléctricas, muchos prefieren el gas, pues es más energético. Y especifiquemos que el cilindro no explota, explota el gas fugado, la gente cree que es el cilindro el que se revienta y eso es falso, nunca explota el cilindro; se suelen ver titulares en la prensa, de “cilindro de gas explota”; eso desinforma, alarma y provoca más ignorancia .(O)
Mauricio Sevilla Cajiao, ingeniero, Quito