Leí en el periódico: “El Senado de Argentina aprobó este miércoles la legalización del aborto hasta la semana 14 de gestación, una decisión celebrada con un estallido de alegría por miles de militantes feministas que esperaron la votación durante más de doce horas afuera del Congreso”.
Dicha noticia del miércoles 29 de diciembre de 2020 me dio mucha pena por las madres que celebran la muerte de un hijo y por esas pobres criaturas inocentes que no tienen derecho a decir que no las maten, que las dejen nacer y las den en adopción. El aborto no tiene remedio, es una desgracia global peor que el COVID-19. (O)
Piedad de Pincay, Guayaquil