Los estudios costo-beneficio sobre vacunación masiva permiten establecer la relación económica entre lo invertido en un programa de vacunación universal y el ahorro que se produce al no tratar la enfermedad (manejo del paciente en unidad de cuidados intensivos, uso de antivirales, uso de ventilación mecánica invasiva, etc.); deja ver las pérdidas económicas, laborales, ocasionadas por la enfermedad y por el aislamiento.
Hay que valorar los gastos que viene generando la enfermedad COVID-19 en la población no vacunada, en relación a los gastos por ser generados con la implementación de una campaña de vacunación al pueblo. Una vacuna es costo beneficiosa cuando ahorra dinero al Estado; la rentabilidad es un valor agregado en salud pública si existen ahorros masivos en hospitalización y tratamiento médico durante los brotes de infecciones virales. Esta estrategia global de tratar de alcanzar tasas de vacunación superiores al 90% puede producir inmunidad colectiva o “efecto rebaño” suficiente para evitar la propagación del virus. La vacunación masiva contra el SARS-CoV-2 debería ser una herramienta efectiva y segura que el Estado adopta en la prevención de futuros rebrotes, en especial en los pacientes vulnerables y en la población en general económicamente activa; podrá haber una mejor reinserción laboral de los trabajadores, con menos riesgo de contagio que ayudará a la reactivación económica. (O)
Jaime Galo Benites Solís, clínico intensivista, Guayaquil