Felicitaciones a la Argentina, país sudamericano de avanzada, modelo de lo que debe ser un país, un ejemplo para América Latina y para el mundo entero. Los que gobiernan el país del tango y los placeres de la carne se deleitan con enorme fruición por su aporte indiscutible al bienestar colectivo mundial. Aprobaron, entre gallos y medianoche, el derecho indiscutible de las mujeres a abortar, a asesinar al hijo nonato que, confiado, reposa en el vientre materno.
Un grupúsculo de senadores decidieron por 44 millones de habitantes. Este es un asesinato legalizado por la ley. Un tiempo atrás se aprobaron los matrimonios igualitarios, hombres casados con hombres y mujeres casadas con mujeres. Protesta la geometría corporal ante la violación de la prudencia. “Avanza” Argentina, sin lugar a dudas. Ya pronto decretará la eutanasia para los niños que nazcan con alguna malformación. Quizás también ya estará pensando en eliminar a los ancianos por improductivos e inútiles. La sociedad se está corrompiendo hasta niveles intolerables. Una pandemia que nunca termina puede ser un aviso del comienzo de la ira de Dios y del agotamiento de su infinita misericordia. (O)
Gustavo Antonio Vela Y., médico, Quito