Cambiar de paisaje, disfrutar de un espacio abierto, rodearse de nuevos estímulos naturales es tan necesario para la salud integral de un adulto como para un menor en desarrollo. Todos los miembros de la familia comparten ese sentimiento y nueva necesidad sobre todo tras los meses de cuarentena. Se trata de una búsqueda de bienestar biológicamente fundamentada. “Los beneficios son muchos, al realizar actividades en exteriores se promueve la liberación de sustancias químicas en el cerebro como endorfinas, acetilcolina, serotonina y dopamina, las cuales se encargan de aumentar la sensación de bienestar, calma y felicidad, a la vez que reducen la ansiedad y regulan el estado de ánimo en los niños”, explica Melanie López, educadora en disciplina positiva. ¿Pero cómo planificar responsablemente esa salida tan esperada para su familia?

Primero, sepa que será muy natural que los pequeños manifiesten una emoción multiplicada al hablarles de la posibilidad de salir de viaje, luego de haber permanecido tanto tiempo en casa. López sugiere un método práctico para canalizar este ímpetu para que no llegue a desbordarse en una conducta que se convierta en una posible vía de contagio o de exposición al virus para los niños. “Frente a emociones intensas, lo mejor es buscar recursos para ayudar a los niños a regularlas. La respiración es una herramienta maravillosa para trabajar con los niños y se puede hacer de formas muy lúdicas y divertidas”, explica. “Sea cual sea la emoción, los padres deben validarla y pueden hacerlo a través de frases como “Entiendo que estés muy emocionado, yo también lo estoy”, “Entiendo que esto signifique mucho para ti”, etc. Es importante que los padres modelen el autocontrol y que involucren al niño en la planificación del viaje”.

Seguros, pero sin pánico

Parte del plan de viaje será explicarles a sus hijos también las nuevas normas de bioseguridad que deben respetarse frente a la pandemia, claro que no con esas palabras. ¿Cómo hacerlo más sencillo y, sobre todo, no transmitirles un temor exagerado? Los padres deben comenzar por reconocer y regular su propio estado emocional. Así lo explica la psicóloga clínica infantil Karina Bustamante y entrenadora en disciplina positiva. “No podemos decirle a un niño que no va a pasar nada y que no teman si uno piensa lo contrario y experimenta temor. Debemos ser congruentes y enviar mensajes claros. Por más que uno no lo diga, el cuerpo habla”’, sostiene. “Un adulto regulado es capaz de generar conexión con sus hijos y transmitir la seguridad que necesitan”.

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Bustamante ofrece más sugerencias puntuales para que los menores vayan informados y sepan cómo desenvolverse durante el viaje, pero sin quitarles la alegría propia de compartir junto a la familia:

a) Explique a sus hijos las reglas de bioseguridad con calma y pregúnteles cómo se sienten con todas estas medidas.

b) Sea honesto y transmita las reglas sin alarmar. Diga que es importante que usen la mascarilla y que se laven las manos porque de esa manera nos cuidamos unos a otros de contraer el virus.

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c ) Muestre empatía por su hijo si muestra frustración o incomodidad por tener que usar la mascarilla. Por ejemplo, dígale "te entiendo, para mí también lo es, sin embargo tenemos que hacerlo por ahora".

d) Es importante que los canales de comunicación entre padres e hijos se abran para que los niños se sientan seguros y en confianza de expresar sus emociones e inquietudes.

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Pasar una noche fuera de casa

Si planea pasar una noche en un hotel o en otro alojamiento, consulte con antelación las medidas de prevención establecidas. El sitio oficial de la Unicef plantea las siguientes preguntas de seguridad al escoger un alojamiento para su familia: ¿llevan mascarillas los miembros del personal mientras trabajan? ¿mantienen el distanciamiento físico y se lavan las manos con frecuencia? ¿Cuentan con precauciones adicionales? ¿Han modificado la disposición del vestíbulo, los ascensores y las zonas comunes o han puesto barreras para permitir la distancia física entre los miembros del personal, los huéspedes y los visitantes? ¿Hay un sistema de ventilación adecuado? ¿Se están aplicando nuevas políticas de limpieza y desinfección en el hotel?

Cuando llegue, desinfecte las superficies de uso frecuente de su habitación, como las llaves, los pomos de las puertas, el control del TV, etc. Si es posible, abra las ventanas para ventilar la habitación cuando llegue. También tiene la opción de solicitar que no limpien ni realicen ningún otro servicio dentro de su habitación para evitar la presencia de personas ajenas a su familia durante su estancia.

Planifíquese para evitar viajar en horas de alto tráfico y tome las rutas menos congestionadas en la medida de lo posible. Durante su viaje, organícese para evitar visitar lugares hacinados, espacios cerrados con poca ventilación y reuniones sociales o masivas como conciertos, eventos y fiestas.