¿Una hoja cuando cae del árbol en invierno se siente derrotada por el frío? El árbol le dice a la hoja: “Ese es el ciclo de la vida. Puedes pensar que vas a morir, pero vives en mí. Es gracias a ti que estoy vivo porque puedo respirar. También es gracias a ti que me he sentido amado, porque pude dar sombra al viajero cansado. Tu savia está en mi savia, somos una cosa”.

¿Un hombre que pasó años preparándose para escalar la montaña más alta del mundo se siente derrotado al llegar a esa montaña y descubrir que la naturaleza ha cubierto la cima con nubes de tormenta? El hombre le dice a la montaña: “No me quieres esta vez, pero el clima cambiará y, un día, llegaré a la cima. Mientras tanto, todavía estarás aquí esperándome”.

¿Un joven, rechazado por su primer amor, declara que el amor no existe? El joven se dice a sí mismo: “Encontraré a alguien más capaz de entender lo que siento. Y luego seré feliz por el resto de mis días”.

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Perder una batalla o perder todo lo que creíamos poseer nos traerá momentos de tristeza, pero cuando esos momentos pasen, descubriremos la fuerza oculta que existe en cada uno de nosotros, una fuerza que nos sorprenderá y aumentará nuestro amor propio.

Espere pacientemente el momento adecuado para actuar. No dejes escapar la próxima oportunidad.

Siéntase orgulloso de sus cicatrices. Las cicatrices son medallas marcadas en la carne, y sus enemigos se asustarán con ellas porque son prueba de su larga experiencia en la batalla. A menudo, esto los llevará a buscar el diálogo y evitar conflictos. Las cicatrices hablan más fuerte que la espada que las causó.

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Cuando menos lo esperamos, la vida nos pone un reto para poner a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambiar. En tal momento, no tiene sentido pretender que nada ha sucedido o decir que aún no estamos preparados. El desafío no va a esperar. La vida no mira hacia atrás. Una semana es más que suficiente para decidir si aceptamos o no nuestro destino. (O)