Pasacalles, pasillos, polcas, valses, zapateos, polcas (cruzadas, de punta y talón) del Litoral, amorfinos y danzas andinas se vieron la noche del jueves último en el espectáculo Son Guayaquil, que la Compañía de Danzas Costeñas Retrovador dio en el teatro José Martínez Queirolo de la Casa de la Cultura del Guayas, en esta urbe.

El historiador, investigador y folclorista Wilman Ordóñez, quien también es el director de Retrovador, fue el presentador. Él aprovechó para hablar, entre otros temas, de las motivaciones de los bailarines para apostarle a las danzas tradicionales en una sociedad globalizada donde priman otros géneros.

Ahí dijo que a los territorios los define la identidad, la regionalidad, su folclore (saberes populares, comidas, bailes, danzas, oralidad y otros), importantes de rescatar y recuperar para orgullo de la nación.

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En sus intervenciones, Ordóñez también destacó la relevancia de la memoria social, del pasado tradicional que tiene un pueblo y que se expone a través de la música, de sus bailes...

Ahí invitó al público a conversar con los padres, abuelos y adultos mayores para conocer más del pasado, de nuestra identidad, de los bailes. “Ellos son los custodios de los saberes ancestrales, populares”, dijo.

Contó que su bisabuela, por ejemplo, le enseñó a bailar La puerca raspada, que era del cancionero alfarista y que fue recuperada por Retrovador. Seguido de esto, los bailarines de la agrupación ejecutaron la pieza.

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Retrovador también mostró otros temas porteños y montuvios célebres como Corre que te pincho y El moño, además de una jota montuvia, un mix de pasacalles del Litoral y otros.

El toque de humor lo puso el grupo de teatro costumbrista Gallito Fino, que dio rienda suelta a los amorfinos.

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En cambio, las danzas andinas las mostró, en dos salidas, el Ballet Internacional Zafreros, de Milagro, que recreó, en su última intervención, la toma de la plaza de Cayambe.

“Todos (grupos de folclore) estamos en lo mismo: difundir el arte a través de la danza folclórica”, expuso Miguel Alcívar Zambrano, director de Zafreros, con 29 años de creación.

“La noche quedó corta, nos quedamos con ganas de más”, contó Cristina Salguero, de 41 años, quien fue con su padre, de 72. A Emilio Hidalgo Ortega, otro de los asistentes, las danzas y bailes del Litoral lo hicieron recordar tiempos pasados.

En la gala, Ordóñez anunció una segunda entrega de Son Guayaquil para el 15 de agosto próximo. A finales de ese mes también dará un tercer taller gratuito de folclore del Litoral. Y el 28 de agosto presentará junto con el historiador Ángel Emilio Hidalgo el libro Historia del rodeo montuvio en la provincia del Guayas. (F)

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