Cecilia Méndez es la nueva prefecta del Azuay. Su posesión se da tras la renuncia de Yaku Pérez Guartambel, quien se postula a la Presidencia de la República. La socióloga de 53 años estará en funciones hasta el 2023 y dice representar al movimiento Pachakutik pero de una línea no oficial, sino crítica. Méndez llegó al Gobierno Provincial en binomio con Pérez, pero al poco tiempo se distanció. Al cambiar de despacho asegura que no tiene cuentas claras de cómo recibe la institución, por lo que hará una auditoría.

¿Cuáles serán sus ejes de trabajo hasta el 2023?
Serán tres: equidad social y territorial, planificación mancomunada territorial y soberanía alimentaria. Vamos a trabajar por cuencas hidrográficas del Azuay para generar proyectos junto con los gobiernos parroquiales y cantonales.

¿Cómo recibe económicamente la Prefectura del Azuay?
De manera oficial no tengo ninguna información debidamente respaldada. La semana pasada se presentó el director financiero, tuvimos una sesión de trabajo y portaba 21 informes de los directores departamentales. Le dijimos que esa información era provisional porque no conozco los procesos y proyectos de las dependencias del Gobierno Provincial.

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¿Cómo queda su relación con el exprefecto Pérez?
Es una relación sumamente distante. La seguimos manteniendo así no solo desde que llegué a esta institución, sino desde mucho antes. Las veces que nos hemos visto ha habido respeto, lo que me toca señalar es que las aspiraciones que tiene que se cumplan y decirle que al ser el Azuay el espacio geográfico donde forjó su presencia política, está obligado a cumplir con la provincia más allá de las diferencias sociales, políticas e ideológicas que efectivamente tenemos como movimiento Pachakutik. Él representa a lo oficial y yo a la crítica.

¿Habrá auditorías a Pérez?
Sí, porque es necesario y debo saber en qué condiciones asumo el Gobierno Provincial y él debe dar cuentas de lo que dejó. No es un proceso para molestarlo, es algo rutinario... Aspiraba a que él revea su decisión cumpliendo la esperanza del pueblo azuayo de que complete el mandato. Pero él en sus aspiraciones personales y políticas no lo ha mirado así. (I)