Será conveniente que el presidente Moreno agilite el trámite para consultar al pueblo sobre la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y algunos otros temas trascendentes, pero es necesario que las autoridades involucradas agilicen sus acciones y tengan en cuenta las experiencias de la última consulta que en muchos aspectos fue un fracaso.

1.- El número de preguntas. Deben ser pocas y precisas y sobre temas concordantes entre sí: Por ejemplo, si se trata de eliminar dicho Consejo, engendro mal concebido y peor parido, habrá que proponer qué organismo asumirá sus funciones. La designación de autoridades de los jueces de las Cortes Constitucional y Nacional y de las máximas autoridades de control, como el contralor y los superintendentes, debería volver al Congreso, como representante del pueblo, y como fue antes de que se las entregara a ese engendro de Consejo. La elección debe provenir de ternas enviadas por el presidente de la República. Las funciones de lucha contra la corrupción tienen sus propios titulares en la Contraloría y la Fiscalía. Debería darse un estatus oficial y con algún tipo de nexo vinculante a los informes de la Comisión de Lucha contra la Corrupción que preside Jorge Rodríguez.

Es posible que el número de preguntas de la anterior consulta fuera excesivo, la gente tenía que manejar grandes papeles y para muchos no acostumbrados a hacerlo se notaban el nerviosismo y la presión silenciosa de los ciudadanos que esperan en la cola. Hubo demasiados votos nulos entre los que deberían distinguirse los volitivos y los erróneos, si se pudiera.

2.- También es posible que el número de votantes en cada junta electoral fuera excesivo. Esa espera es impaciente.

3.- El escrutinio y contaje de las papeletas depende mucho de la educación y habilidad de los vocales de las juntas parroquiales. Su designación debe ser bien pensada, pues una persona puede no tener tales destrezas solo por ser empleado público o estudiante universitario.

4.- El Gobierno debe explicar al pueblo por todos los medios públicos y privados el contenido de las preguntas. Tenemos excelentes publicistas.

La democracia es un sistema imperfecto. La prueba está en la última consulta y la poquísima información que recibimos los ciudadanos sobre la elección de vocales del Consejo de marras. ¿Cuántos los conocían? Todo depende de a quiénes elegimos. Podemos dejarnos obnubilar por demagogos carismáticos que resultaron pésimos gobernantes. Lo peor es que nos seguiremos equivocando. Pero para eso está la alternabilidad republicana que nos permite despedir a los malos servidores y poner nuestra confianza en otras personas. Recuerdo a la Cabiria de Fellini: La prostituta que cada noche espera que le toque en suerte un hombre que la ame y la dignifique.

Señor presidente Moreno, usted se libró de una pesada herencia. Le quedan todavía ataduras que debe cortar ya. Permítame que le recuerde el evangelio del domingo anterior: si ya puso la mano en el arado, no vuelva su cabeza atrás. Puede convertirse en estatua de sal, como la mujer de Lot. (O)