Lo que era un secreto a voces desde hace algunas semanas, se materializó con la renuncia de Otto Sonnenholzner a la Vicepresidencia de la República.

El exvicepresidente se convirtió en el rostro visible del Gobierno durante los 19 meses en los cuales ejerció su cargo, pero luego de su gestión en medio de la pandemia y el inesperado aumento de su nivel de aprobación en encuestas, fue relegado a un segundo plano seguramente por envidias y rencillas provenientes del círculo presidencial más íntimo.

A pesar de que no confirmó su postulación para las próximas elecciones, sus declaraciones dejan entrever que sus aspiraciones políticas apuntan al 2021, convirtiéndolo en un posible contendiente por circunstancias que solo la ciudadanía podrá discernir.

El Partido Socialcristiano (PSC) anunció la celebración de unas primarias para establecer quién será su candidato. Los precandidatos anunciados tienen una amplia trayectoria a nivel político, no obstante, parecería que, frente a los demás contendientes, el futuro candidato del PSC correrá con desventaja toda vez que las aspiraciones de dicho partido de alcanzar la presidencia dependían exclusivamente de la participación de Nebot. ¿Existe, en la historia del país, algún caso parecido al de Nebot, que luego de ocupar un puesto tan desgastante como la alcaldía de Guayaquil se haya despedido con una aprobación superior al 80 %? Su retiro, en definitiva, supone una pérdida para el PSC y un respiro para los candidatos de la derecha.

Otro actor político con aspiraciones serias es Guillermo Lasso. A diferencia de los demás candidatos, Lasso tiene la ventaja de contar con un equipo que lleva años trabajando para él, así como una importante red de contactos construida en sus recorridos por el país. También se ha sugerido que Lasso cuenta con el perfil adecuado para enfrentar la crisis, por sus conocimientos sobre la sombría realidad económica del país. Durante los meses de la pandemia, tuvo un rol importante con su iniciativa Salvar Vidas, reconocida a nivel nacional. No obstante, resta conocer cómo el electorado responderá frente al cuestionamiento principal de sus adversarios, específicamente su pasado en la banca.

Finalmente, desde un punto de vista jurídico es indiscutible la imposibilidad de Correa de ser candidato a la Vicepresidencia, a lo cual debemos añadir que en la actualidad Correa es un prófugo de la justicia ecuatoriana. Ante esta realidad, es probable que el candidato del correísmo surja de alguna alianza política, pero sería un error excluir las opciones de un candidato respaldado por el correísmo que aún cuenta con un importante porcentaje de apoyo popular y que podría adicionalmente aprovecharse de la división del electorado de derecha.

A pocos meses de las elecciones, el panorama político todavía no parece definido, aún más si se toma en cuenta que apenas el 15 % de los electores ha tomado una decisión respecto de su opción presidencial. ¿Puede aparecer alguna nueva figura, la izquierda seria impulsará algún candidato, Gutiérrez, Noboa, se animarán a una nueva aventura electoral? Queda poco tiempo para saberlo. (O)