Los asaltos a mano armada, el microtráfico de drogas y los asesinatos no dan tregua en Guayaquil, Durán y Samborondón, ciudades que integran la Zona 8 y que en lo que va del año suman alrededor de 280 muertes violentas. Como muestra de lo afirmado, ayer, al mediodía, fueron baleados dos hombres que se movilizaban en un auto por la calle Capitán Nájera, entre la 17 y la 18, en el sector centro-sur de Guayaquil.

Los videos de asaltos son registrados por cámaras de seguridad y sirven para realizar persecuciones y hasta lograr detenciones, pero se requiere que el perjudicado presente la respectiva denuncia. Si eso no ocurre, el delincuente queda en libertad. Mientras tanto, la ciudadanía vive en constante zozobra e inseguridad.

Por estos antecedentes, las autoridades provinciales, del Ministerio de Gobierno y Policía Nacional decidieron reenfocar el control policial de la Zona 8 con la asignación de dos generales para contrarrestar el número de delitos y muertes. Esta singular estrategia se ejecuta por primera vez y opera desde Guayaquil.

El nuevo comandante de la Zona 8 es el general César Zapata, a cargo de las acciones de prevención y disuasión, para lo cual sumará más personal policial. El segundo general al mando es Víctor Araus, al frente de la Subdirección Nacional de Investigaciones en las cinco provincias de la franja costera ecuatoriana, para coordinar la Dirección de Antinarcóticos, Policía Judicial y la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Desapariciones, Extorsión y Secuestros de Personas.

Para la Zona 5, que comprende los 22 cantones restantes de la provincia del Guayas, se designará un general en las próximas horas.

Los esfuerzos que se realizan para contrarrestar la delincuencia son bienvenidos, y en igualdad de importancia se ubican la investigación y el procesamiento de quienes delinquen, pues la sanción es parte complementaria del mensaje disuasivo. Evitando que los delincuentes queden impunes se desincentiva el cometimiento de nuevos delitos.