El año 2020 empezó un ‘nuevo orden mundial’ con la coronación del rey (COVID-19) y sus mutaciones; virus que no reconoce fronteras; se propaga velozmente; impacta la humanidad contagiando sin distinguir nacionalidades, clases sociales o edad; presiona a la ciencia, gobiernos e industria farmacéutica para detenerlo a través de una vacuna; genera miedo e incertidumbre sobre la vida y hace que se creen políticas públicas restrictivas de movilidad humana que impactan en la economía. Se investiga su origen, si es producto accidental de transmisión de animal a humano o fue creado en laboratorio con fines oscuros.

La expresión Nuevo Orden Mundial (NOM) se le atribuye al presidente de Estados Unidos de Norteamérica (EE. UU.) Wilson (1918), quien al terminar la Primera Guerra Mundial propuso la creación de la Sociedad de las Naciones o Liga (1919), antecedió a la Organización de las Naciones Unidas (1945) creada al finalizar la Segunda Guerra Mundial para mantener la paz, seguridad, equilibrio, cooperación… También se la asocia con el lema “Novus Ordo Sectores” (Nuevo Orden de los Siglos) impreso en el billete de un dólar de EE. UU. Un histórico NOM se estableció en la “Paz de Westfalia” (1648), con conceptos de soberanía, integridad territorial, autodeterminación…

Las potencias tienen como objetivo la hegemonía en el NOM: la Federación Rusa, socialista desde la Revolución bolchevique (1917); EE. UU., democrático, emergió como potencia en la I Guerra Mundial (1914-1918); la República Popular China, socialista, pero con economía de libre mercado. Estas potencias permanecen en un juego de ajedrez geopolítico integrando a otros países mediante estrategias políticas, económicas, sociales y militares. Aplican el proverbio chino “Dos tigres no pueden vivir en la misma montaña”.

La historia ha sido una permanente lucha del hombre, clanes, tribus, confederaciones, naciones o estados; han usado como armas piedras, flechas, lanzas, fusiles, cañones, bombas nucleares, gases químicos o agentes biológicos; con el propósito de someter, integrar, esclavizar o tomar recursos económicos de sociedades similares; el factor común para la victoria ha sido la ciencia y tecnología en el desarrollo de armas. Así, se prevé que la historia siga igual, claro, con periodos de paz.

La industria farmacéutica entra en el análisis como factor transversal ya que está trabajando científicamente para lograr una vacuna que neutralice al COVID-19 y sus mutaciones, los éxitos o fracasos en la línea de vida de los humanos serán factor de fuerza o debilidad que las potencias podrían usar como presión para lograr su expansión geopolítica.

Vivimos una película de suspenso llamada Nuevo Orden Mundial, el villano es el rey virus, las potencias quieren ser el único tigre en la montaña, los investigadores del origen del COVID-19 podrían ser héroes o villanos según lo que descubran o convenga, los científicos y farmacéuticas que logren la vacuna e inmunicen la población sin duda serán héroes registrados en la historia de la humanidad y, nosotros en incertidumbre, inmovilizados y empobreciéndonos.

Los investigadores del origen del COVID-19 podrían ser héroes o villanos, según lo que descubran o convenga.