Escribimos de Mikka hace cuatro años lo siguiente: “Es tremendamente gratificante salir sorprendido de un restaurante. No ocurre a menudo, pero cuando todos los puntos críticos en la experiencia del comensal son satisfactoriamente atendidos, incluso por encima del nivel esperado, la admiración y la satisfacción perduran y hacen que este recomiende el lugar.

El nivel de servicio es muy superior al estándar. No solo tuvieron cero errores, sino que además todo el personal, perfectamente capacitado, fue eficiente, rápido, gentil y proactivo. Su concepto no ha variado, Mikka es un restaurante de cocina nikkei, esa cocina que en Perú evolucionó a raíz de la fusión de la gastronomía local con la japonesa hace poco más de un siglo, y sigue siendo uno de los restaurantes más caros de Guayaquil.

Esta vez comenzamos con siu mai de pangora, en salsa de maracuyá, relleno con almendras. Una muy buena creación. Siu mai, masa de la cocina china rellena con uno de nuestros mejores crustáceos. Luego, dos baos. Bao es un pan chino, al vapor, muy suave. El de shitake, cuyo hongo con salsa Hoisin, con kiuri encurtido con limón y salsa de ajonjolí; y el de panceta, que es con salsa de hierbabuena y kimchi. Excelentes, sobre todo el de shitake.

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Probamos también el tempura spicy. Camarones ligeramente tempurizados, bañados en salsa picante y servidos sobre una cama de arroz. Este es el único plato que quizá nos superó el nivel de nuestras expectativas por $ 18, aunque estaba muy bueno. El cebiche Midori, estupendo. De camarón, pulpo y róbalo, en leche de tigre, jalea de wasabi acompañado con hilos de camote y chulpi.

Uno de los diferenciadores de este restaurante es la creación de sus platos. Innovadores y muy coherentes, bien pensados, con los elementos correctos para llegar a una fusión de sabores muy especial.

Los nigiris especiales siguen siendo la firma del sitio. Los scallops trufados y el maguro con foi gras son un manjar. El nigiri O’Toro es en salsa de yemas curtidas en shoyu.

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El O’Toro es el corte más delicado, por su nivel de grasa, del más fino de todos los atunes, el aleta azul. Este corte se lo puede identificar fácilmente por su nivel de marmoleo, que en este caso no estuvo presente, por lo que dudé que fuera de aleta azul y, por lo tanto, O’Toro. Sin embargo, es de la mejor calidad de atún que he probado en Ecuador.

Mikka sigue siendo uno de los mejores restaurantes de Guayaquil. Muy recomendado. (O)