Esta semana grupos ambientalistas han visto con preocupación que un buque petrolero de Venezuela representa un gran peligro ambiental.

Se refieren a la instalación petrolera FSO Nabarima, que sirve para almacenamiento y descarga de petróleo. Es de la empresa Petrosucre, una alianza entre la estatal PDVSA y la italiana Eni.

Esta embarcación almacena 1,3 millones de barriles de petróleo y, de acuerdo con imágenes, se encuentra inclinada, ya que tiene muchos años de uso y se ha deteriorado. La embarcación, construida en 2005, tiene 264 m de largo (eslora) y tiene una capacidad máxima de 1,4 millones de barriles.

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La embarcación se usa como como plataforma estacionaria en el Golfo de Paria, pero tras la reducción de la demanda de crudo por la pandemia y las sanciones que tiene el país, su utilización ha bajado.

El martes un petrolero de PDVSA se acercó al Nabarima, según el sitio Infobae, y se espera que reciba una transferencia de crudo.

Expertos y críticos del régimen venezolano de Nicolás Maduro han advertido que si no se actúa a tiempo esto podría convertirse en un desastre ambiental y provocar la contaminación de las costas del país y de otros estados vecinos del Caribe. Además de poner en peligro manglares y santuarios marinos y de aves en un mar de poca profundidad.

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Una publicación de Reuters también ha mencionado que se planea hacer transferencia con varias embarcaciones, pero que es una misión que tiene sus riesgos.

El régimen no se ha pronunciado públicamente sobre lo que sucede, pero está inspeccionando el área.

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Una publicación de la agencia AP habló con un experto sobre la industria petrolera local, quien dijo que la falta de mantenimiento dañó válvulas en el sistema de lastre que estabiliza el barco.

Hasta el momento el Nabarima se ha inclinado 5 grados y se ha hundido 14,5 metros, alcanzado la línea de flotación. (I)