Más patrullaje militar, equipos de control, leyes y sanciones fuertes contra el narcotráfico; educar a quienes habitan las áreas afectadas por las drogas, darles trabajo digno, salud, vivienda... (I)

Arturo Guevara G.
Se debería cambiar la política de seguridad por parte de Estado para que militares y policías realicen patrullajes continuos en las zonas que son proclives a la siembra, almacenamiento, etc., de cocaína, y hagan una labor disuasiva.
En la actualidad el Ecuador es un país que pasó de ser meramente de tránsito, a ser productor y comercializador de cocaína debido a la indecisión de Gobiernos de turno, que consideran la problemática como algo que no representa un alto riesgo; pero se han equivocado en sus apreciaciones y ahora tenemos un país en la lista de los que siembran y producen cocaína. (O)

José E. Ortoneda S.
El Ministerio de Agricultura debería interesarse en implantar algún mecanismo tendente a controlar de manera efectiva los bosques en nuestro país, de acuerdo con el reglamento que esté establecido; y el Ministerio de Educación, mediante las carreras relacionadas con la agricultura, tendrá que educar y capacitar a quienes habitan estas áreas rurales, para crearles conciencia que permita amar a su tierra, protegerla y trabajarla para lograr un desarrollo integral, que sin lugar a dudas tendrá que complementarse con los compromisos de trabajo en la ciudad.
Tendremos que darle a nuestras zonas rurales la debida atención, tanto por parte del Gobierno como por parte de quienes habitan estos sectores, para de esta manera fomentar la producción y el progreso en nuestro querido Ecuador. Las autoridades tienen la palabra. (O)

Asdrúval Mite
Ningún Gobierno debe permitir en sus filas elementos que se involucren con grupos guerrilleros fabricantes y traficantes de drogas –que en la Costa y Amazonía tienen bases, carpas, campamentos, se esconden, siembran y procesan droga que la venden al mundo para sus planes criminales–; no deben hacer pactos, amistades con estos delincuentes.
No deben abrir las fronteras a esta gente peligrosa que solo produce desgracia, delincuencia, muerte, violencia, terrorismo, odio. Los Gobiernos deben destruir los sembríos, las bases, las cocinas de drogas. Tiene que haber más controles militares, radares, equipos, leyes y sanciones fuertes para delincuentes que destruyen vidas y bosques, selvas. Los pueblos afectados deben ser protegidos con educación, trabajo, seguridad, salud. (O)