Dos datos arroja la primera fecha de la Eliminatoria: 1) Aquellas selecciones con mayor cantidad de integrantes provenientes del fútbol europeo prevalecen sobre las otras. Indiscutiblemente, tienen mayor poderío. 2) La improvisación no da dividendos. Sino que lo digan Bolivia, Venezuela y Ecuador. Envueltos en crisis institucionales (Bolivia tiene dos presidentes de asociación, Venezuela ninguno, Ecuador también tuvo dos hasta hace poco) arrancaron la Eliminatoria cabeza abajo. No obstante, por sobre cualquier análisis, estamos felices de que empezó el gran campeonato sudamericano de todos contra todos. Era hora. La primera función dejó muchas reflexiones.

* Fixture agradable. Las potencias políticas del continente -Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia, Paraguay por ser paraguayo el presidente de la Conmebol- se aseguraron que el calendario se armara con ellos cinco como locales en la primera jornada. Y con rivales potencialmente accesibles a sus posibilidades, cuestión de arrancar ganando y empezar a desandar tranquilos la ruta a Catar. Así fue. El único que no logró los tres puntos fue Paraguay, en cambio ganaron los cuatro primeros favoritos a los cupos.

* Teatros sin público. Por primera vez en la historia se disputa una Eliminatoria sin hinchas, lo cual le resta atmósfera y emotividad al juego. La tribuna contagia, a favor o en contra, e incide en el desarrollo. Curiosamente, pese a jugar sin esa habitual desventaja, no ganó ningún visitante.

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* Corbata al tono. El nivel de juego observado fue muy discreto, o menos que eso. Acorde con la pobre actualidad futbolística sudamericana. Sin la intensidad que vemos todas las semanas en las ligas de Europa, pocas figuras nuevas, insólitos conflictos federativos en varias asociaciones, selecciones armadas de apuro, estadios sin público, que motiva tanto al futbolista.

* Sólida Colombia. Dentro de ese panorama, quizás la presentación más robusta sea la de Colombia, organizada y muy seria para liquidar su partido debut y darse confianza para todo lo que viene. Excelente Cuadrado, un todoterreno con permanente vocación ofensiva; brillante Muriel, puntual con el gol Zapata, muy interesante Mojica con sus subidas relampagueantes por izquierda, activo y eficiente Lerma. Todo el equipo bien. Da para ilusionarse, aunque Chile es de otro lote. La blandura de Venezuela le quitó emoción al segundo tiempo, que estuvo de más. Pero Colombia salió a hacer su tarea con actitud. Muy profesional.

* Rancio Vinotinto. Es verdad que esta Vinotinto nos recordó a Venezuelas pasadas, aquellas formaciones endebles, inocentes, que eran goleadas impiadosamente en todos los campos del continente. Lejos del equipo resistente, peleón y competitivo de la última Copa América (único que le empató al campeón Brasil). El técnico conoció a sus jugadores 48 y hasta 24 horas antes del partido, no pudieron estar varios jugadores importantes como Aristeguieta, Salomón Rondón, Yordan Osorio, Junior Moreno, Mikel Villanueva o Josef Martínez; Soteldo, del Santos, llegó el día del partido y por ello no fue tenido en cuenta. La Federación está interinamente gobernada por una Junta Normalizadora… Tan precaria situación obliga a ser prudentes con el triunfo colombiano.

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* El reino del pase atrás. Con lo justito, contando moneditas, sin que le sobre para un caramelo, Argentina venció a Ecuador 1-0. Y de penal, bien ejecutado por Messi, fuerte y contra un palo, sino se lo atajaba Alexander Domínguez. Penal tonto, pero que fue. Estupiñán barrió de manera imprudente a Ocampos. La mejor prueba es que Pervis no toca la pelota hasta después de haberlo tumbado. La albiceleste no tuvo juego, no se le vio nada entusiasmante, depende como siempre de Messi (tras una buena jugada suya devino el penal). La muestra más cabal de que un equipo no tiene ideas es cuando abusa del pase atrás; Argentina utilizó hasta el hartazgo este recurso para cuidar pelota y ventaja. Mal. Habrá que seguir observándola.

* Sorprendió Ecuador. Por el cartel de varios de sus jugadores y por la localía Argentina era sindicado como ganador de antemano. También por las corridas ecuatorianas para formar su equipo. En la cancha no se vieron diferencias. Ecuador se plantó con personalidad (se benefició de no jugar con gente en cancha de Boca), tuvo actitud, aplicación táctica para cerrarle caminos y algo que quedó en evidencia: posee un biotipo físico muy superior al argentino. Que influye en cada pelota dividida. Bien.

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* ¿Y si se preparaban…? Gustavo Alfaro realizó su primera convocatoria el sábado, conoció a sus jugadores entre domingo y lunes, viajó a Buenos Aires el martes (similar a lo del portugués José Peseiro en Venezuela) y debió debutar el jueves. Pese a tantas urgencias, perdió estrechamente, aunque no logró inquietar nunca a Franco Armani, apenas un cabezazo de Arboleda que se fue desviado, no lejos del arco de Armani. Alfaro es especialista en obtener lo mejor de sus dirigidos. Nos preguntamos: ¿Y si Ecuador llegaba al estreno con más tiempo de trabajo, con el técnico habiendo tenido mayor conocimiento del medio…? Tal vez obtenía un resultado como el anterior 2 a 0 en Buenos Aires.

* Celeste oscuro. Tan inquietante o más que lo de Argentina fue lo de Uruguay. Un VAR muy conveniente (le dio un penal a favor y negó otro en contra) lo favoreció en el triunfo ante Chile, que aún con una catarata de ausencias fue superior en el Centenario y mereció más la victoria. Uruguay sin Cavani, con Suárez y Godín veteranos, no tuvo fútbol ni creatividad. Chile mostró a un Alexis Sánchez encendido.

* Brasil contundente. Al igual que Colombia, Brasil no reparó en las debilidades del adversario y acometió con máxima concentración su compromiso, goleando 5-0 a Bolivia. La fragilidad del oponente impide adjudicarle adjetivos rimbombantes, sin embargo gustó igual la Verdeamarilla, siempre pródiga en nombres relevantes. Fueron sólo cinco porque el arquero Carlos Lampe evitó varios más.

* Lamento boliviano. La caótica situación dirigencial de la Federación Boliviana, en la que dos presidentes se tiran de los pelos desde hace dos meses para apoderarse del sillón generó una enconada fractura del fútbol interno y, sobre que no le sobra material, varios clubes negaran a sus jugadores. Esto, sumado a que el DT César Farías decidió reservar a los mejores para enfrentar a Argentina en La Paz, hizo que se presentara en Brasil con una dotación muy vulnerable. “Ni siquiera fue Bolivia B, es una selección C, una vergüenza, mandaron a jugar contra las estrellas brasileñas a chicos que ni han debutado. Leonardo Zabala, 17 años, sin un solo minuto en Primera División, marcando a Neymar. Increíble”, cuenta Roberto Acosta Echavarría, periodista paceño.

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* San Gareca de Lima. El técnico también juega. Que lo diga Perú, que está siempre tan corto de jugadores, pero tiene un estratega fenomenal en Ricardo Gareca. Sin Paolo Guerrero ni Édison Flores, con apenas 25 minutos de Farfán, le sacó un empate de oro a Paraguay en Asunción y vuelve a ilusionar a la patria del Inca.

* El espectáculo. Neymar, una actuación descomunal. No hizo goles, sí dio dos asistencias, pero eso no fue lo esencial, brindó un show maravilloso de gambetas, caños, amagues, pisadas, pases brillantes. En ese nivel es un jugador sensacional. Sí, ya sabemos, fue ante una Bolivia C, pero lo que nos regaló se lo agradecemos igual.

(O)