Desde hoy se empezarán a vivir las intensas emociones de la Serie Mundial del béisbol de las Grandes Ligas en el enfrentamiento de los Rays de Tampa Bay, campeones de la Liga Americana, con los Dodgers de Los Ángeles, monarcas de la Nacional, precisamente los dos equipos con mejores marcas durante toda la temporada regular. Jugarán en la sede única del estadio Globe Life Field, en Arlington, Texas, un moderno escenario con techo retráctil que tuvo costo de construcción de 1.100 millones de dólares.

A este también llamado Clásico de Octubre llegan los Dodgers y los Rays tras competir en una temporada regular muy recortada por la pandemia del COVID-19; fueron solo 60 partidos y se empezó con un retraso cuatro meses el jueves 23 de julio pasado. Otra novedad fue la postemporada extendida (de 10 a 16 participantes) que gustó mucho a los fanáticos y que tuvo el surgimiento de héroes inesperados.

Para llegar a la Serie Mundial los dos quipos jugaron en la ronda anterior siete partidos con remontadas espectaculares, hubo resultados muy cerrados y otros amplios, grandes duelos de lanzadores, descomunales batazos y espectaculares acciones defensivas.

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Tampa Bay, con lo que se podría calificar de un muy bajo presupuesto de $ 56 millones –bajo en comparación con el de otras organizaciones, que pasan los $ 200 millones–, clasificó a la final por segunda vez en doce años; en el 2008 perdió con los Filis de Filadelfia. Terminó como el mejor en su liga y puntero de su división con 40 partidos ganados y 20 derrotas. En la fase llamada de comodines doblegó con barrida de 2-0 a Azulejos de Toronto y luego, en la divisional, superó a los Yankees 3-2.

En la serie de campeonato los Rays vencieron en siete encuentros a los Astros de Houston. Se habían adelantado al ganar tres consecutivos, pero se descuidaron y se dejaron emparejar para ir al séptimo, en el que ganaron 4-2 con un manejo estupendo y oportuno de su mánager Kevin Cash (que aplica mucho la defensa cargada en la que coloca cuatro jardineros) Su bujía ofensiva es el cubano Randy Arozarena, que llegó recién este año a los Rays desde los Cardenales.

Mientras, los Dodgers siempre fueron favoritos. En la temporada regular terminaron 43-17, en la serie de comodines sometieron 2-0 a los Cerveceros de Milwaukee, luego triunfaron sobre los Padres de San Diego también con barrida: 3-0. En la serie de campeonato tuvieron que recuperarse con tres caídas ante los Bravos de Atlanta contra solo una victoria, pero lograron empatar la contienda a 3 y obligar al séptimo duelo, en el que derrotaron a los Bravos 4-3 con labor hermética del lanzador mexicano Julio Urías y jonrón de Cody Bellinger para romper la igualad en el séptimo.

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Todo parece indicar que serán partidos muy cerrados. Los de Tampa Bay manejan con acierto sus lanzadores y los de Los Ángeles tienen la experiencia de haber avanzado en tres ocasiones a la Serie Mundial en los últimos cuatro años. Será el duelo de las estrategias contra la experiencia.

Este es mi pronóstico, pese a todo lo inesperado e impredecible que puede ocurrir con la caprichosa pelota chica: los Dodgers ganarán la Serie Mundial 2020 en seis partidos. (O)