Cornetas, bocinas y cacerolas resonaron la noche del jueves en las calles de Buenos Aires y otras ciudades argentinas, con miles de manifestantes en protesta contra un 'tarifazo' de luz, gas y agua dispuesto por el gobierno, comprobaron periodistas de la AFP.

Una multitud rodeó el Obelisco de la capital argentina con banderas y carteles. Centenares de vecinos de la periferia norte se concentraron frente a la residencia presidencial de Olivos, donde esperaron que volviera el presidente Mauricio Macri de encabezar un acto oficial en la Casa Rosada (gobierno).

Los manifestantes desafiaron una fina llovizna que se descargó sobre la capital argentina.

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"El Papa es nuestro pero Dios es del PRO (partido derechista de gobierno) ¡llueve justo ahora!", lamentó en tono de broma Jorgelina Martinez, una empleada bancaria de 55 años.

El intento del gobierno de cobrar facturas con aumentos de entre 200% y 2.000% ha provocado decenas de demandas judiciales.

"¡El que no salta tiene cuenta en Panamá!", cantaron y saltaron al unísono usuarios en alusión al descubrimiento de sociedades 'offshore' de Macri, envuelto en el escándalo mundial de los Panama Papers.

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Macri cambió dos veces a la baja los ajustes de los precios desde su primer anuncio en marzo. Pero las masivas quejas se mantienen vivas. Un dictamen de una cámara de apelaciones frenó el 'tarifazo'. El gobierno apeló ante la Corte Suprema, pero el máximo tribunal decidió tomarse un tiempo para expedirse.

En la ciudad de Rosario, tercera del país, al norte de Buenos Aires, la protesta ganó las calles del centro. "¡Macri pará la mano! (detente), fue una de las leyendas convocantes a través de las redes sociales.

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Macri ha justificado el 'tarifazo' en que se deben eliminar los subsidios que aplicaba el gobierno anterior, de Cristina Kirchner (2007-2015, peronista de centroizquierda). Pero la oposición le cuestiona no haber aplicado ajustes graduales y que se haya optado por un 'shock' que golpeó a sectores asalariados y a pequeñas y medianas empresas.

En la zona sur de Buenos Aires, los vecinos aparecían en las veredas para soplar silbatos y cornetas mientras batían bombos y tapas de cacerolas. Como el golpetear de la cacerola está considerado en Argentina un símbolo golpista, la convocatoria a mitin se denominó "ruidazo".

Automovilistas que pasaban hacían sonar las bocinas. La protesta no tuvo color partidario, ni siquiera de las fuerzas de la oposición peronista o del gobierno anterior kirchnerista.

En redes sociales

En las redes sociales se convocó a la protesta con el hashtag #14J y bajo la consigna #ChauAranguren. Juan José Aranguren es el ministro de Energía, un accionista de la petrolera Shell, quien argumentó varias veces en público en favor del 'tarifazo'. También convocaron las entidades de defensa del consumidor.

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Las bromas e ironías proliferaron esta semana cuando Macri pidió a la gente que no se quite las medias o los zapatos en su casa, ni use solo una camiseta. El mandatario cree que si alguien está "en patas" (descalzo), derrocha energía al calentar los ambientes en invierno. (I)