La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) aprobó que los gusanos de la harina se conviertan en los primeros insectos para la alimentación humana en esa región.

Esto quiere decir que pueden ser utilizados enteros y secos en el curry y otras recetas y como harina para hacer galletas, pasta y pan, se indica en una publicación del Daily Mail.

Antes de esto en Europa estos ya se utilizaban como ingrediente para elaborar alimento para mascotas.

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Sin embargo, la agencia de seguridad advirtió que las personas con alergia a los crustáceos y ácaros del polvo podrían experimentar reacciones al comer gusanos de la harina, que son en realidad larvas de escarabajo más que gusanos.

En comparación con el cultivo de carne regular, los insectos tienen proporciones más altas de proteína a grasa, crecen y se reproducen más rápido, requieren menos recursos y tienen una menor huella de carbono.

En consecuencia, los insectos a menudo se promocionan como una fuente de alimento sostenible para el futuro, fomentando una industria con un valor a aproximado a los 400 millones de dólares que probablemente se duplicará o triplicará para 2024.

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Dado que los gusanos de la harina son ricos en fibra, grasa y proteínas, es probable que estas larvas sean solo los primeros insectos en llegar al plato en el continente en los próximos años, señaló Ermolaos Ververis, químico y científico de alimentos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.

Bajo su supervisión, los gusanos de la harina se convirtieron en el primer insecto que la agencia evaluó bajo una regulación de 'alimento nuevo' que entró en vigencia en 2018.

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Aprobación de nuevos insectos

Al parecer, esto ha desencadenado una avalancha de aplicaciones similares para que otros insectos comestibles sean aprobados para su consumo generalizado.

"Existe un gran interés (de) la comunidad científica y también la industria alimentaria en el sector de los insectos comestibles", indicó Ververis.

La solicitud de aprobación de gusanos de la harina fue presentada por Micronutris, una granja de insectos con sede en Francia centrada en la cría de estos para el consumo humano.

"Hay claros beneficios ambientales y económicos si se sustituyen las fuentes tradicionales de proteínas animales por aquellas que requieren menos alimento, producen menos desechos y dan como resultado menos emisiones de gases de efecto invernadero", dijo el economista Mario Mazzocchi.

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"Los costos y precios más bajos podrían mejorar la seguridad alimentaria y la nueva demanda además abrirá oportunidades económicas, pero estas también podrían afectar a los sectores existentes", agregó el experto de la Universidad de Bolonia, Italia.

El llamado 'factor asco'

En muchas partes del mundo, incluidas áreas de África, Australia y Nueva Zelanda, los insectos se consumen fácilmente tanto solos como en forma de barras, carne para hamburguesas, entre otros alimentos.

No obstante, algunos sociólogos creen que las barreras psicológicas para comer insectos son particularmente fuertes en Europa, lo que significa que puede pasar algún tiempo antes de que los gusanos de la harina comiencen a tener popularidad.

"Hay razones cognitivas derivadas de nuestras experiencias sociales y culturales, el llamado 'factor asco' hace que la idea de comer insectos sea repelente para muchos europeos", dijo el investigador de consumo de alimentos Giovanni Sogari.

Sin embargo, "con el tiempo y la exposición, estas actitudes pueden cambiar", añadió el experto de la Universidad de Parma, en Italia.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria dijo que ha recibido 156 solicitudes para evaluaciones de seguridad de 'nuevos alimentos' desde 2018, que abarcan desde alimentos derivados de algas hasta una variedad de especies de insectos. (I)